Con su típica modestia, Florence Knoll describió su propia línea de escritorios como “la carne y las patatas” que había que proporcionar. “Lo hice porque necesitaba el mueble para un trabajo y no estaba, así que lo diseñé”. Si bien esta puede haber sido la motivación para el Table Desk de 1961, el resultado es todo menos una pieza de relleno. Perfectamente proporcionado e impecablemente detallado, el diseño encarna la adhesión de Florence Knoll a las enseñanzas de su mentor favorito, Mies van der Rohe.
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